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Messe d'Elisabeth au Carmel de Flavignerot

Misa de Isabel en el Carmelo de Flavignerot

 

 

Concert spirituel de Natacha Triadou au Carmel de Flavignerot

Concierto espiritual de Natacha Triadou
en el Carmelo de Flavignerot

 

 

Chorale pour la messe télévisée à l'église Saint-Michel de Dijon

Coral para la misa televisada
a la iglesia Saint-Michel de Dijon

 

 

Veillée de prière au Carmel d'Avon

Velada de oración en el Carmelo de Avon

 

 

Pèlerinage des jeunes au Carmel de Flavignerot

Peregrinaje de los jóvenes
en el Carmelo de Flavignerot

 

 

Messe d'Elisabeth au Carmel de Flavignerot

Misa de Isabel en el Carmelo de Flavignerot

 

 

Lâcher de ballons à l'église Saint-Michel de Dijon

Descenso de la Bola
a la iglesia Saint-Michel de Dijon

 

Vía crucis con Isabel

1. La condena

La condamnation  Pilato le preguntó : ¿Eres tú el Rey de los judíos ? – Tú lo dices – contestó Jesús. Como los jefes de los sacerdotes le acusaban de muchas cosas, Pilato volvió a preguntarle: – ¿No respondes nada ? Mira de cuántas cosas te están acusando. Pero Jesús no le contestó, de manera que Pilato se quedó muy extrañado.
Entonces Pilato, como quería quedar bien con la gente, puso en libertad a Barrabás ; y después de mandar que azotasen a Jesús, lo entregó para que lo crucificaran.
Marcos 15, 2-5 +15

 

Luego, cuando llegue la hora de la humillación y del anonadamiento, recordará esta breve frase : ‘Jesús callaba’. Y también el alma callará, guardando y conservando todas sus fuerzas para el Señor, esas fuerzas que se sacan del silencio.
Últimos Ejercidios 39

2. Jesús está cargado de su cruz

Jésus est chargé de sa croix  Entonces Pilato les entregó a Jesús para que lo crucificaran, y ellos se lo llevaron.
Juan 19, 16-17
Él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores.
Isaïe 53,4

 

Despojarse de uno mismo, morir a sí mismo, olvidarse de sí : creo que a esto se refería el Maestro cuando decía : « El que quiera venirse conmigo, que cargue con su cruz y se niegue a sí mismo ». Ésta es la muerte que Dios nos pide...
Últimos Ejercidios 24

3. Primera caída


La première chute  Sálvame, Dios mío,
porque estoy a punto de ahogarme ;
me estoy hundiendo en un pantano profundo
y no tengo donde apoyar los pies.
He llegado a lo más hondo del agua
y me arrastra la corriente.
Acércate a mí y sálvame ;
¡ líbrame de mis enemigos !
Salmo 68, 2-3 +18

 

Me dice que pida para usted humildad y espíritu de sacrificio. Por las noches, al hacer el Vía Crucis antes de Maitines, a cada efusión de la preciosa Sangre, yo pedía para mi alma esa gracia ; en adelante la pediré también para la suya… Seamos, pues, almas sacrificadas, es decir veraces en nuestro amor : « ¡ Me amó hasta entregarse por mí ! »
Carta 214

4. Jesús encuentra a María


Jésus rencontre Marie  ¡ Vosotros, los que vais por el camino, deteneos a pensar si hay dolor como el mío, que tanto me hace sufrir !
¿ Qué ejemplo puedo poner para consolarte, pura y bella ciudad de Sión ? Enorme como el mar ha sido tu destrucción.
Lamentaciones 1,12 + 2,13

 

Esa Reina de las vírgines es también la Reina de los mártires. Pero, también en esto, lo que la espada le atravesará será en el corazón, porque en ella todo ocurre en lo interior… ¡ Y qué hermosa se la ve durante su largo martirio ! ¡ Qué serena, envuelta en una especie de majestad que respira fortaleza y ternura a la vez…! Y es que la Virgen había aprendido del mismo Verbo cómo deben sufrir los que el Padre ha elegido como víctimas, los que Él ha decidido asociar a la gran obra de la redención.
Últimos Ejercidios 41

5. Jesús y Simón de Cirena


Jésus et Simon de Cyrène  Cuando llevaban a crucificar a Jesús, echaron mano de un hombre de Cirene llamado Simón, que venía del campo, y le hicieron cargar con la cruz y llevarla detrás de Jesús.
Lucas 23, 26

 

Pienso que en este mundo son felices los que sienten el suficiente desprecio y olvido de sí como para elegir la cruz por herencia… Cuando sabemos cifrar la alegría en el sufrimiento, ¡ qué paz tan deliciosa ! Siento una íntima y profunda alegría cuando pienso que Dios me ha elegido para asociarme a la pasión de su Cristo, y ese camino del Calvario que voy subiendo día a día me parece más bien la ruta de la felicidad...
Grandeza de nuestra vocación 6 et 7

6. Verónica seca la cara de Jesús


Véronique essuie la Face de Jésus  A ti clamo, Señor, ¡ escúchame !
Ten compasión de mí, ¡ respóndeme !
El corazón me dice :
“Busca la presencia del Señor.”
Y yo, Señor, busco tu presencia.
¡ No te escondas de mí !
¡ No me rechaces con ira !
¡ Mi única ayuda eres tú !
No me dejes solo y sin amparo,
pues tú eres mi Dios y salvador.
Salmo 26, 7-9

 

Habitemos el secreto de su Faz
En un profondo misterio, en un silencio eternal.
Durante la eternidad ese será nuestro sitio,
Y desde ahora podemos comenzar ya nuestro cielo.
Poesía 97

7. Segunda caída


La deuxième chute  ¡ No dejes que me hunda en el lodo !
¡ Ponme a salvo de los que me odian
y de las aguas profundas !
¡ No dejes que me arrastre la corriente !
¡ No dejes que el profundo remolino
me trague y se cierre detrás de mí !
Señor, respóndeme;
¡ tú eres bueno y todo amor !
Salmo 68, 14-16

 

Toda alma triturada por el dolor, bajo cualquier forma que ese dolor se presente, puede decirse a sí misma : Vivo con Jesucristo, vivimos en la intimidad, una misma morada nos alberga a los dos. La señal por la que podemos reconocer que Dios está dentro de nosotros y que su amor nos invade es aceptar, no sólo con paciencia sino con gratitud, lo que nos hiere y nos hace sufrir. Para llega a eso, es necesario contemplar al Dios crucificado por amor. Y esa contemplación, si es auténtica, desemboca infaliblemente en el amor al sufrimiento.
Carta 314

8. Jesús y las mujeres de Jerusalén


Jésus et les femmes de Jérusalem  Mucha gente y muchas mujeres que lloraban y gritaban de dolor por él, le seguían. Jesús las miró, y les dijo : – Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí, sino por vosotras mismas y por vuestros hijos.
Lucas 23, 27-28

 

Oigo la voz de mi Amado en lo hondo de mi corazón : « Esposa mía, me dice, ¿ renuncias, pues, a toda la felicidad de la tierrra por seguir me a mí ?… ¡ Cuántas pruebas, amada mía, cuando alguien camina en pos de mí ! Pero también ¡ cuántas alegrías y cuánta dulzura te haré saborear en medio de esas tribulaciones !… ¿ Quieres consolarme ? Estoy tan abandonado… Hija mía, no me dejes solo. Quiero tu corazón, lo amo, lo he elegido par mí. ¡ Sí, guarda para mí tu corazón !
Diario 124

9. Tercera caída


La troisième chute  Dios mío, Dios mío,
¿ por qué me has abandonado ?,
¿ por qué no vienes a salvarme ?,
Soy como agua que se derrama;
mis huesos están dislocados.
Mi corazón es como cera

que se derrite dentro de mí.
Tengo la bocaj seca como una teja ;
tengo la lengua pegada al paladar.
Salmo 21, 2 + 15-16

 

En las horas de dacaimiento vete a refugiarte en la oración de tu Maestro. Sí, hermanita, desde su Cruz él te veía y rezaba por ti, y esa oración está eternamente viva y presente delante de su Padre. Ella te salvará de tus miserias. Cuanto más sientas tu debilidad, más debe crecer tu confianza, pues te apoyas sólo en Él.
Carta 324

10. Jesús está despojado de su vestido


Jésus est dépouillé de ses vêtements  Cristo Jesús, el cual:
Aunque era de naturaleza divina,
no se aferró al hecho de ser igual a Dios,
sino que renunció a lo que le era propio
y tomó naturaleza de siervo.
Nació como un hombre,
y al presentarse como hombre
se humilló a sí mismo
y se hizo obediente hasta la muerte,
hasta la muerte en la cruz.
Carta a los Filipenses 2, 6-8

 

Coloquémonos siempre en el último puesto
a fin de parecernos a Jesús nuestro Esposo :
entonces brillará su Faz sobre nosotros
pues hacía sí lo atraen los mansos y pequeños.
Para andar de continuo en su santa presencia
Es algo imprescindibile saberse anonadar.
¡ Oh, que el abajamiento sea nuestra residencia,
nuestra habitual morada, nuestro palacio real !
Poesía 120

11. Jesús está clavado en la Cruz


Jésus est cloué à la croix  Cristo sufrió por vosotrosy dándoos un ejemplo para que sigáis sus pasos. Cristo no cometió ningún pecado ni engañó jamás a nadie. Cuando le insultaban, no contestaba con insultos ; cuando le hacían sufrir, no amenazaba, sino que se encomendaba a Dios, que juzga con rectitud. Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que vosotros fuerais sanados.
Primera Carta de Pedro 2, 21-24

 

Voy a decirle lo que hago cuando me siento algo cansada. Miro al Crucificado, y, al ver cómo se entregó Él por mí, me parece que lo menos que yo puedo hacer por Él es prodigarme, gastarme, para devolverle un poco de lo que Él me ha dado.
Carta 156

12. Muerte de Jesús en la Cruz


Jésus meurt sur la croix  Después de esto, como Jesús sabía que ya todo se había cumplido, y para que se cumpliera la Escritura, dijo : – Tengo sed.
Había allí una jarra llena de vino agrio. Empaparon una esponja en el vino, la ataron a una rama de hisopo y se la acercaron a la boca. Jesús bebió el vino agrio y dijo : – Todo está cumplido. Luego inclinó la cabeza y murió.
Juan 19, 28-30

 

Una carmelita es un alma que ha mirado al Crucificado, que le ha visto ofrecerse como Víctima a su Padre por las almas, y, ensimismándose en esta gran visión de la caridad de Cristo, ha comprendido la pasión de amor de su alma y ha querido ofrecerse como Él.
Carta 133

13. Jesús bajado de la Cruz


Jésus est descendu de la croix  Después de esto, José, el de Arimatea, pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. José era un seguidor de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos. Pilato le dio permiso, y José fue y se llevó el cuerpo.
Juan 19, 38

 

Ahora que Él ha vuelto al Padre y que me ha puesto a mí en su lugar en la Cruz para que yo sufra en mi cuerpo lo que le falta a su pasión, por su cuerpo, que es la Iglesia, la Virgen sigue allí para enseñarme a sufrir como Él, para decirme y para hacerme escuchar aquellos últimos acentos de Su alma que nadie más que ella, su Madre, pudo percibir.
Últimos Ejercidios 41

14. Jesús está colocado en una tumba


Jésus est déposé au tombeau  Os aseguro que si un grano de trigo no cae en la tierra y muere, seguirá siendo un solo grano ; pero si muere, dará fruto abundante… Pero cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí.
Juan 12, 24 + 32

 

Nadie ha penetrado en el misterio de Cristo en toda su profundidad, más que la Virgen… Ella es lo inenarrable, ella es el secreto que guardaba y meditaba en su corazón y que ninguna lengua ha podido revelar ni ninguna pluma traducir.
Últimos Ejercidios 2